lunes, 27 de junio de 2011

LA MERCED DESCALZA DE SEVILLA. APUNTES PARA SU HISTORIA

Pedro Nolasco en 1203 creó la Orden de Maria Santísima de la Merced. Su fundación solemne tuvo lugar en la catedral de Barcelona en 1235 y fue confirmada por el pontífice Gregorio IX algunos años después, concretamente en 1235.
A mediados del siglo XVI algunos mercedarios tuvieron contactos con la reforma carmelita y algo más tarde un grupo de mercedarios que encabezaba fray Juan Bautista del Santísimo Sacramento junto a fray Miguel de las Llagas, fray Luis de Jesús Maria y fray Juan de San José hacen fructificar la influencia carmelita en la Recolección o Descalces Mercedaria, lo que renovó su espiritualidad.  En 1603 el ilustre sevillano que a la sazón era el General de la Orden, fray Alonso de Monroy redactó sus primeras Reglas.
Fray Alonso de Monroy deseaba que los Descalzos fundaran en Sevilla, por entonces la ciudad tenía el monopolio de todo el tráfico comercial con América y donde los mercedarios habían derribado su antigua casa para construir su nueva iglesia y el magnífico edificio que hoy es Museo de Bellas Artes.
Sobre las peripecias que los Mercedarios Descalzos hasta encontrar acomodo definitivo en Sevilla, las relata ampliamente el granadino fray Pedro de San Clemente en su obra en dos volúmenes titulada “Anales de la Orden de los Descalzos de N. S. de la Merced”, publicadas en Barcelona el año 1669.
Fray Alonso de Monroy pide licencia en 1604 al Cardenal Arzobispo D. Fernando Niño de Guevara para llevar a buen término la fundación. El prelado negó tal licencia aludiendo que las rentas de los Mercedaros Descalzos no eran suficientes para el mantenimiento de los religiosos.
Pese a la negativa del Arzobispo el padre Monroy no deja de insistir en el tema, y para no dar quebranto a la negativa del arzobispo Niño de Guevara, idea introducir a la comunidad en el Colegio Mercedario de San Laureano que estaba recién creado extramuros de la ciudad, cerca de la Puerta Real y a un tiro de piedra del gran Convento Mercedario (hoy museo de Bellas Artes).
El edificio donde se ubica el Colegio Mercedario constaba de tres amplias naves y había sido almacén de maderas y mercaderías de los descendientes de Colón, tenía también una pequeña iglesia. Los desvanes del edificio en cuestión y en habitáculos separados por tabiques de lienzo grueso, vivieron durante  casi tres años los diez religiosos que en un principio formaban la comunidad, hasta que en 1607 obtuvieron la cesión definitiva del edificio y comenzado a realizar una modesta ampliación permitiéndoles un desahogo propinando a su vez que los Mercedarios Descalzos consiguieses llamar la atención de la nobleza sevillana, que a pesar de lo lejos que quedaba el lugar, con el tiempo acudieron a sus cultos y su consejos espirituales.
No estuvieron mucho tiempo los Descalzos gozando del edificio, en 1608 terminó el tiempo reglamentario del generalato de fray Alonso de Monroy, nombrándose en el Capitulo General de la Orden que se celebró en Guadalajara el 5 de junio de 1609  como sucesor a fray Felipe Guimerán. Los Calzados no perdieron el tiempo y reclaman el Colegio aludiendo que fray Alonso de Monroy lo había entregado a la Comunidad Descalza con abuso de poder. Fray Felipe Guimerán dio a los frailes Descalzos un año para abandonar San Laureano.
El Superior de los Descalzos fray Luis de Jesús Maria -uno de los fundadores- pidió al Deán y Cabildo, por estar la sede vacante debido al fallecimiento el 8 de enero del Cardenal Niño de Guevara licencia para fundar intramuros, licencia que fue denegada por segunda vez. Tuvieron entonces los frailes Descalzos la oportunidad de adquirir por compra unos corrales y almacenes que lindaban por la espalda de la iglesia de San Laureano a los que se trasladaron cumpliendo el plazo dado por el General de la Orden. En el aposento citado estuvieron durante seis años, sin dejar en ningún momento de intentar instalarse dentro de la ciudad.
En el año 1610 y siendo la festividad de la Inmaculada tomó posesión el nuevo prelado Don Pedro de Castro y Quiñones. A los Mercedarios Descalzos les faltó tiempo para reiterar su petición de instalarse en Sevilla, petición que les fue denegada por tercera vez, pese a las peticiones y apoyos que habían hecho al nuevo Cardenal la mayoría de la aristocracia sevillana, todos fue inútil dada la inflexibilidad del Cardenal.
Los Descalzos no dejaban el empeño de fundar intramuros e idearon una estratagema para poder poner pie en Sevilla. En esta ocasión fue fray Juan de San José quien encontró en la calle Correo Mayor Viejo que estaba situada entre el convento Dominico de Madre de Dios y la iglesia de Santa Maria la Blanca, una casa de las que en Sevilla se daban a llamar de repartimiento, era de fabrica muy antigua y vacía muchos años que estaba deshabitada por no ser suficiente ni cómoda vivienda, además de ser peligrosa para entrar o salir de noche por estar en lo que fue la antigua judería. Pese a todo ello fue del agrado de los Mercedarios Descalzos pactándose con los dueños en un precio de 6.000 ducados y firmándose escritura de propiedad ante el escribano Juan Bautista de Contreras el Domingo de Ramos de 1613.
Los frailes Descalzos tomaron posesión del edificio e idearon, para que el Cardenal no se opusiese, convertirlo en hospital para frailes enfermos. Pensado y hecho, al día siguiente instalaron allí a unos frailes enfermos. El Cardenal envió a varios colaboradores de confianza con la intención de desalojarlos, la respuesta de los frailes fue atrincherarse y resistirse al desalojo. Las cosas se pusieron bastante encrespadas, pues quisieron derribar la puerta hiriéndose algún que otro individuo asaltante al astillarse la referida puerta. Comenzó una serie de largos y dificultosos juicios, excomuniones y apelaciones por ambas partes al Papa. Todo pareció llegar a buen término cuando el Nuncio Apostólico don Antonio Gaetano comunicó al Cardenal la licencia apostólica para que la Comunidad Descalza de la Merced fundara en la ciudad de Sevilla.
La noticia nada más conocida por la Comunidad Descalza, se despidió de San Laureano tras un emotivo acto de despedida, era el 20 de diciembre de 1614. La nueva casa estaba ya dedica al Señor San José y ante una imagen suya se cantó una Conmemoración y Antífona de el santo Patriarca. Se debe considerar por tanto que la verdadera fundación de la Comunidad Descalza de Nuestra Señora de la Merced en Sevilla fue el 10 de diciembre de 1614.
A pesar del comunicado del Nuncio dando licencia para fundar intramuros el Cardenal quedó conforme, su testadurez llegó al extremo de decretar nuevas excomuniones instigando a pleitear contra los Mercedario Descalzos a todos los templos y parroquias vecinos de la nueva casa de los frailes Mercedarios, entre las que sostuvieron pleitos se encontraban las parroquias de Santa Maria la Blanca, San Bartolomé, San Nicolás y hasta el prior de las Orden de los Dominicos de San Pablo que entró en el pleito por estar el convento de Madre de Dios regidos por las monjas de la misma Orden en la misma calle que la iglesia de los Mercedarios. El espinoso tema duró hasta el 18 de mayo de 1615, fecha en que se conoció en Sevilla la sentencia final dictada desde Madrid una semana antes, y por supuesto favorable a la Comunidad Descalza de Nuestra Señora de la Merced.

José Mª Villajos Ruiz

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